No entiendo cómo me cobraron más impuestos, un verdadero escándalo. Además, me esperaba un upgrade o al menos una atención especial, pero parece que aquí son solo un hotel más. Casi escribo una buena reseña, pero no pude. Nunca más.

Ubicación ideal cerca de restaurantes y metro.

acercamiento a lugares icónicos en parís

mi estancia fue increíble, ya que estaba a menos de 15 minutos a pie del Sacré-Cœur y a solo 20 minutos del famoso Museo del Louvre, lo que me permitió disfrutar de agradables paseos por las calles parisinas antes de sumergirme en la historia del arte, además, la zona está repleta de deliciosos cafés y restaurantes que hacen de cada comida un verdadero festín, ideal para aquellos que buscan disfrutar de la cultura local en un viaje de fin de semana.

La limpieza diaria fue un punto muy positivo.

La habitación era pequeña y el lavabo apenas cabía. No había agua caliente en varias ocasiones, lo que hizo que nuestros baños fueran incómodos. Además, el personal tenía dificultad para comunicarse en inglés, lo que complicaba un poco resolver problemas.

Cuidado con el ruido nocturno.

La habitación en el Hotel Bertha tenía un tamaño cómodo, con un baño privado que garantizaba mi tranquilidad. La ubicación es genial, a unos minutos del Moulin Rouge. La limpieza diaria fue un punto muy positivo, siempre encontraba la habitación ordenada. El chico de recepción era amable, aunque no hablaba mucho español. No hay ascensor, lo que complicó un poco el transporte de las maletas, especialmente por la escalera estrecha. El lavabo era pequeño, lo que resultó incómodo. A pesar de esto, la relación calidad-precio es buena para quienes buscan algo básico en París.

La ubicación es algo excepcional, a solo pasos de la estación de metro y a un corto paseo de Montmartre. La vista desde mi habitación fue impresionante, permitiéndome disfrutar de los encantos de la ciudad desde la ventana.

La habitación era notoriamente pequeña, apenas con espacio para tres personas y nuestras pertenencias. La falta de agua caliente en la ducha fue una inconveniencia considerable, y la limpieza diaria dejaba mucho que desear ya que solo se encontraba una toalla para dos personas. Definitivamente, las escaleras eran un verdadero desafío, con un acceso complicado por ser estrechas y caracoladas, lo que complicó el transporte de maletas.

Las habitaciones de Bertha son más cómodas que un abrazo de oso en invierno, con un buen tamaño y baño privado que garantizaba mi tranquilidad. Además, está a solo 10 minutos a pie del Moulin Rouge, lo que hizo que mis noches parisinas fueran un festín de diversión sin necesidad de taxi.

Wi-Fi intermitente

Excelente relación calidad-precio! La atención del personal fue excepcional, siempre dispuestos a ayudar. El desayuno me encantó, muy rico y variado. Definitivamente lo recomendaría.

Tuvimos una gran experiencia con amigos. La ubicación es perfecta, muy cercana a la estación de metro y a lugares icónicos como el Moulin Rouge. La atención del personal fue excepcional, siempre dispuestos a ayudar. Además, la limpieza diaria mantuvo todo en orden. Recomendamos este lugar si buscas comodidad y buen precio.

Lo único a mejorar sería la falta de ascensor, lo que hizo un poco complicado subir las maletas por las escaleras, especialmente al llegar y salir.

Ideal para viajero que busca lo básico

La atención del personal fue realmente destacable, sobre todo de la recepción, siempre muy amables y dispuestos a ayudar. Además, la ubicación es perfecta, a solo unos pasos de la estación de metro y cerca de restaurantes y supermercados.

No fue barato, pero aún así aceptable.

La atención del personal fue excepcional, siempre dispuestos a ayudar. Me encantó la limpieza diaria, cada día encontraba la habitación ordenada. Además, la ubicación es perfecta, a solo 4 minutos del Moulin Rouge y cerca de supermercados como Auchan, lo que facilita hacer compras.

La habitación era algo pequeña y el lavabo resultaba incómodo.

la ubicación es perfecta, cerca del moulin rouge y del metro. el personal era amable y la limpieza diaria fue un gran plus.

no había ascensor, lo que complicó las maletas.

Ubicacion excelente a un paso del metro y restaurantes. La habitación era pequeña y el lavabo enano. La limpieza diaria mantenía todo en orden. Personal servicial aunque no hablaban mucho español. No hay ascensor, así que subir las maletas es un lío.